A pocas cuadras de la playa y en la mejor zona de Ipanema, Beach House, su staff y los huéspedes escriben historias de verano hace más de diez años. Conectando culturas, recibiendo los que vienen de lejos y presentando quien vive cerca, acá cariocas abren los brazos para presentar el sabor del verano sin fin de Río de Janeiro.
El calor de la ciudad une varios sentimientos y memorias suficientes para sentir saludad todo el año. Así, nuestras historias construyen memorias, sentimientos y grandes amistades que son tan fuertes que valen por una vida. La verdad es que el dulce sabor salado de la playa hace valer la pena todos los otros meses a los que esperaban por la libertad del verano, mismo que sea invierno.
Nuestra bendita tierra carioca tiene el privilegio de vivir el verano 365 días al año. Sin prisa, puedes quedarte y tomarte otra bebida, porque mañana la playa va estar buena. Así, las historias de verano ocurren en enero, en el carnaval, en los fines de semana de mayo, en las vacaciones de setiembre, en las noches de noviembre y en todos los otros días del año.
¿Hay alguna diferencia si es sábado o lunes cuando el Sol nos espera ansiosamente y las mejores fiestas todavía van a venir? Escenario de todas las historias, en nuestra casa de playa todos se reúnen antes de las noches épicas o cerca de la piscina, con los pies en el agua, y cantando aquella bella canción.
¿Y las comidas improvisadas – y muchas veces exquisitamente ‘gourmetizadas’? De pronto, ellos pasan a servir el doble de personas, que se acurrucan y comparten todas las historias ya vividas allá. De pronto, puede ocurrir un acuerdo para hacer un senderismo, más una ronda de cerveza y también algunas pareas inesperadas. Y, así, las horas pasan. Más de una docena de historias se juntan a muchas otras, y todas ellas siendo aprovechadas con los nuevos amigos.
Beach House vive todo eso hace más de 10 años y se orgulla de ser, en Río, en Ipanema, la casa de las historias de verano.